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Serotonina, Dopamina y Adrenalina

Serotonina, Dopamina y Adrenalina

La serotonina (5-hidroxitriptamina o 5-HT), la dopamina y la adrenalina
son neurotransmisores (sustancias químicas creadas por el organismo que transmiten
señales (es decir, información) desde una neurona a otra, a través de unos puntos de
contacto llamados sinapsis)).

A la serotonina también se la conoce como la hormona de la felicidad, ya que cuando
aumentan sus niveles en los circuitos neuronales genera sensaciones de bienestar,
relajación, satisfacción y aumenta la concentración y la autoestima.

¿Qué otras funciones cumple?

También regula el apetito causando la sensación de saciedad, controla la temperatura
corporal, regula el apetito sexual, controla la actividad motora, la percepción y la
función cognitiva, regula secreción de algunas hormonas (como es el caso de la
melatonina, una proteína entre cuyas muchas funciones está la de regular los ritmos
circadianos y el sueño).

¿Qué puedo hacer para subir mis niveles?

Es necesario tener en cuenta que para producir la serotonina el organismo necesita
una sustancia llamada triptófano que no puede producir por sí mismo, sino que debe
obtenerlo a partir de los alimentos que se ingieren: huevos, arroz, lácteos, plátanos,
pollo.

No obstante también se pueden incrementar los niveles de serotonina mediante la
práctica regular de ejercicio o técnicas de relajación como, por ejemplo, el yoga.
También los cambios de actividad, los viajes, los nuevos proyectos y el ocio saludable
ayudan a mantener e incluso aumentar la producción de serotonina.

¿Qué ocurre si tengo los niveles por debajo de lo normal?

Tener los niveles de serotonina por debajo de lo normal se asocia a enfermedades
mentales, como el autismo, la esquizofrenia, hiperactividad, depresión, ansiedad,
trastorno obsesivo compulsivo, agresividad, insomnio, estrés.

La dopamina es otro de los neurotransmisores más conocidos, porque está
implicado en las conductas adictivas y es la causante de las sensaciones placenteras.

Entre sus funciones encontramos la coordinación de ciertos movimientos musculares,
la regulación de la memoria, los procesos cognitivos asociados al aprendizaje y la toma
de decisiones.

Se trata de una sustancia producida por el propio cuerpo humano.

¿Qué ocurre si tengo los niveles por debajo de lo normal?

Los motivos de su déficit pueden ser varios: mala alimentación, ciertos
medicamentos, algunas drogas, etc. Y ciertas enfermedades están asociadas a niveles
bajos de dopamina: depresión, TDAH, enfermedad de Parkinson.

¿Cómo podemos aumentar nuestros niveles de dopamina?

Controlando el nivel de estrés, disfrutando de las aficiones, cuidando la alimentación,
orientándonos a los demás, disfrutando de las pequeñas cosas, manteniendo las
rutinas.
También existen ciertos trastornos mentales asociados a una cantidad exagerada de
dopamina: esquizofrenia, trastorno bipolar.

La adrenalina (epinefrina) es un neurotransmisor que desencadena
mecanismos de supervivencia, pues se asocia a las situaciones en las que tenemos que
estar alerta y activados porque permite reaccionar en situaciones de estrés.

En definitiva, la adrenalina cumple tanto funciones fisiológicas (como la regulación de
la presión arterial o del ritmo respiratorio y la dilatación de las pupilas) como
psicológicas (mantenernos en alerta y ser más sensibles ante cualquier estímulo).

La adrenalina es producida por nuestro cuerpo, concretamente en las glándulas
suprarrenales que se encuentran encima de los riñones. Sin embargo, también puede
ser sintetizada en los laboratorios para crear fármacos administrados en casos de
emergencia médica.

Los procesos de puesta en alerta más importantes que la adrenalina desencadena al
ser segregada en cantidades relativamente altas son estos: dilata las pupilas, los vasos
sanguíneos, moviliza el glucógeno, aumenta el ritmo cardíaco, frena el movimiento de
los intestinos, aumenta el ritmo en que respiramos, consolida los recuerdos a largo
plazo.

Debido a su efecto a nivel de los pulmones, produce broncodilatación, y tiene a su vez,
un efecto descongestionante en la mucosa de las vías respiratorias, esencial para abrir
la vía aérea, que puede encontrarse comprometida en el caso de crisis asmática o
anafilaxia grave.

Es decir, un alto nivel de adrenalina provoca estado de alerta y un nivel bajo,
decaimiento y depresión.

Diversos estudios médicos han mostrado que la acción de la adrenalina liberada en
situaciones placenteras y con la práctica de ejercicio resultan muy beneficiosas a nivel
cerebral.

La adrenalina influye en la forma en la que el cerebro almacena los recuerdos.
Además, una dosis moderada de adrenalina puede ayudar a evitar la depresión y la
tristeza.

Comiendo sano, caminando, durmiendo bien, relajándote, meditando puedes
controlar tus niveles de adrenalina.