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Anemia.

Anemia.

La anemia se define como una disminución de los niveles de hemoglobina en sangre respecto a los valores normales o descenso de globulos rojos o hematíes. Ciertos tipos de anemia pueden ser graves, de larga duración e incluso potencialmente mortales si no se diagnostican y tratan. Ya que la función de estos glóbulos rojos y hemoglobina en si es crucial para nuestra salud, encargándose principalmente del transporte de oxígeno y nutrientes en sangre a todos las células y por tanto órganos y tejidos.


Los niveles de hemoglobina en sangre varían en función de la edad y el sexo considerándose deficientes en hombre por debajo de los 13 y en mujeres por debajo de los 12.


La anemia puede instaurarse de forma aguda o crónica presentándose distintos síntomas en función, precisamente, de la rapidez con que aparezca.

La anemia ligera se manifiesta como una disminución de la resistencia al ejercicio físico, traduciéndose en cansancio que se puede acompañar de ligera taquicardia y dificultad respiratoria. Si la anemia se hace más intensa, estos síntomas se acentúan y aparecen con mínimos esfuerzos o incluso en reposo, asociándose a cansancio extremo.


Entre los síntomas que se pueden manifestar está la palidez, con una baja coloración de la piel y de las mucosas. Sin embargo, en anemias que se desarrollan a lo largo de un periodo de tiempo muy largo, el organismo se adapta y el enfermo puede tener muy pocos o casi ningún síntoma, especialmente si no realiza habitualmente ejercicio físico.


Otros tipos de síntomas son Dificultad respiratoria y Fragilidad del cabello y/o uñas.


Los glóbulos rojos pueden disminuir por tres motivos fundamentales:


  • Porque no se produzcan suficientes, como sucede en las aplasias medulares, en la infiltración de la médula ósea por tumores, en la anemia producida por déficit de hierro, en la anemia que acompaña a muchas enfermedades crónicas como las reumáticas y en la enfermedad que se asocia a la insuficiencia renal crónica.
  • Porque haya un trastorno en la maduración de estos glóbulos rojos en la médula ósea donde se forman. Esto sucede en anemias asociadas a déficit de vitamina B12 o ácido fólico o vitamina B9.
  • Porque se destruyan o pierdan a mayor velocidad. Puede estar provocado por la pérdida aguda de sangre que se produce en las hemorragias de cualquier tipo, por la rotura intravascular de los glóbulos rojos de forma mecánica o autoinmune y por alteraciones de la membrana del hematíe o de la hemoglobina, muchas de ellas hereditarias.